sábado, 10 de novembro de 2012

Una nueva Europa


La historia reciente de Europa muestra que el intento de construir una union respaldada en valores monetarios superpuestas a los de ámbitos social, cultural y económico ha demostrado ser un fracaso.
El proyecto emocionante de una Europa desde el Atlántico hasta los Urales que buscaba transformar este territorio en una zona de paz, desarrollo y prosperidad se está deslizando hacia una Europa asimétrica, nacionalista, en el aumento de conflictos sociales mediante el fomento de radicalismo.
Si queremos salvar el proyecto europeo debemos darle una nueva forma de consolidar el sueño de una identidad continental, con la creación de convergencias y no divergencias.
La Unión Europea debe ser más que una moneda común y la libre circulación de personas y mercancías en una estructura de gestión coordinada con poderes muy limitados.
Para que el proyecto europeo sea viable debe ser más ambicioso y construir una Europa no sólo económica sino también social y organizacional.
Es fundamental crear una identidad representante común de todos los habitantes de esta vasta área geográfica, capaces no sólo de centralizar el poder de decisión, pero también de hacer la coordinación y ejecución de las prestaciones sociales que convergieran para que la gente de las naciones menos desarrolladas puedan llegar a un estado superior de desarrollo sin comprometer el futuro de los pueblos más desarrollados. Sin la existencia de ventajas para ambos miembros - UE y los estados individuales - no tiene sentido ninguna asociación.
Para crear un impulso para la normalización de una Europa tienden a ser simétricas y asimétricas no - porque la simetría es sólo garante de la estabilidad - se deben tomar medidas para la creación de una Europa social, cultural y administrativa, con el apoyo de una estructura militar común sin subordinación a ningún poder más allá.
Uno de los primeros pilares de una Europa social debe ser el establecimiento de un salario mínimo europeo basado en las economías menos desarrolladas y cohexistir con el salario mínimo de cada país. Este salario mínimo europeo debe crecer de manera sostenible con el fin de aproximarse a una forma dilatada en el  tiempo  en los países pobres y más ricos.
Los salarios de los empleados de las grandes multinacionales europeas deberian tender a ser iguales en todos los países de la Unión Europea, evidentemente con cierto margen de flexibilidad en la medida de las economías regionales.
Debería crearse una administración pública central, que seria apoyada por una organización de estructura similar a la que se hizo en el Imperio Romano.
Debería definirse los pilares básicos de apoyo social y de campo esta se debe crear un servicio europeo de la salud, una escuela pública y una protección social europea para los trabajadores europeos.
Los sindicatos nacionales se fusionarian con los sindicatos europeos para una defensa más coherente de los intereses de los trabajadores.
E por fin se deberia definir un idioma oficial común, que conviviria con los idiomas locales, pero el cuál sería el punto de convergencia de la multiplicidad de la culturas que contiene este espacio geográfico.